Page 81 - La voluntad de la tierra
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Florentino Solano 81
ANDANDO
Todos los caminos conducen al norte,
irremediablemente,
como trampas y laberintos para los pies.
Llenos de ira,
los caminos se extienden como trazos malignos sobre la tierra,
a veces de asfalto, a veces de polvo o sueños,
dispuestos a devorar nuestros pasos,
uno a la vez,
sudor a sudor,
pacientes como buitres al acecho.
Y es que los caminos son engañosos:
mientras trazan viajes en nuestra memoria,
siembran miserias en nuestro rostro,
vergüenzas en nuestra piel,
ponen sal en nuestra lengua.
Así,
se nos va la vida en andar,
en pretender destinos inciertos,
en creer que podemos llegar a algún sitio,
escudriñando de vez en cuando el horizonte con la mirada.
No hay tiempo para mirar atrás
porque un reflejo en la lejanía